Contaminación lumínica y acústica en producciones y eventos



La problemática de la contaminación acústica asola España. A nivel nacional, en el año 2020 un 21,9% de personas declaraba problemas de ruidos.

Pero la contaminación lumínica también provoca daños, pues somos uno de los países de Europa con mayor contaminación lumínica, con tasas medias de consumo de 116KWH, frente a los 43 que se consumen en Alemania o los 91 de Francia, tal y como explica Fernando Jáuregui, miembro de la Red Española de Estudios sobre la Contaminación Lumínica aquí.

Las producciones audiovisuales, como suelen ser grandes acontecimientos que vuelcan en cada proyecto un gran despliegue de medios, no se quedan atrás y contribuyen al problema.

Lo mismo ocurre en los eventos masivos como los festivales de música o cine.

Por desgracia, esto suele conllevar un alto volumen de contaminación lumínica y acústica. Un problema del que no se habla tanto como se debería y al que toca plantar cara.

Hoy te venimos a hablar de la influencia de la luz y el ruido en el medioambiente. De cómo reducir el impacto y, en definitiva, de cómo hacer tus proyectos más sostenibles.


¿Qué es la contaminación acústica y la contaminación lumínica?


Se habla mucho de estos dos conceptos, sin embargo… ¿Qué son realmente?

Para empezar, un dato verdaderamente escalofriante es que según la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA), el ruido causa ni más ni menos que 72.000 hospitalizaciones y 16.600 muertes prematuras.

Tal y como menciona la web oficial del Ministerio para la transición ecológica y el reto demográfico: “Se entiende por contaminación acústica la presencia en el ambiente de ruidos o vibraciones, cualquiera que sea el emisor acústico que los origine, que impliquen molestia, riesgo o daño para las personas, para el desarrollo de sus actividades o para los bienes de cualquier naturaleza, o que causen efectos significativos sobre el medio ambiente.”

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como ruido cualquier sonido superior a 65 decibelios (dB).


Por otra parte, la contaminación lumínica tiende a pasar más desapercibida, pero no por ello es menos importante, pues acarrea problemas tan severos como la fatiga y los problemas de sueño. Además, implica casi siempre un gran desperdicio de luz.

Los científicos nombraron el empleo de fuentes de luz artificial como contaminación lumínica, la cual corresponde a la transformación de la oscuridad natural de la noche, provocada por luz no necesaria, generada por el alumbrado exterior, entre otros tantos.


Cómo influye el audiovisual en la contaminación lumínica y acústica


La contaminación lumínica y acústica están presentes, sobre todo, en las grandes ciudades.

Quienes residen en los núcleos urbanos saben bien de qué estamos hablando. Una serie de luces y ruidos que impiden el desarrollo normal y biológico de la cotidianidad.

Bien, pues ahora que sabemos qué es la contaminación acústica y lumínica, hemos de saber que esto mismo sucede en las producciones y en los eventos. ¿Te lo imaginabas?

Durante un rodaje o la celebración de un festival se moviliza un equipo de gente muy grande. Tanto empleados como asesores, invitados o asistentes.

De igual forma, se emplean todo tipo de aparatos. Unos dispositivos que contaminan en lo acústico y, sobre todo durante la noche, en lo lumínico.

Dolores de cabeza, estrés, insomnio… Estos son tan solo unos pocos efectos que se generan sobre la población.

Pero, ¿y el medioambiente?


Efectos de la contaminación lumínica y acústica en el medioambiente


Según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad del Estado de Colorado, la contaminación acústica altera a varias especies de flora y fauna y perturba los ecosistemas de áreas protegidas.

Además, varias especies de aves han tenido que ajustar los sonidos que emiten para comunicarse con el fin de ser oídas por encima de los ruidos causados por los humanos.

La contaminación lumínica tampoco se queda atrás en lo que a biodiversidad saludable se refiere. Las crías de tortuga marina se desorientan por la luz y cuando eclosionan del huevo, se dirigen hacia tierra en vez de al mar.

Algo similar ocurre con los insectos, cuya esperanza de vida se ha disminuido considerablemente, ya que en ese periodo en el que deben alimentarse y reproducirse, por culpa de la abundante luz artificial, desvían su atención hacia estos focos.

En conclusión, la contaminación lumínica y acústica afecta en gran medida al planeta. Una realidad de la que la industria audiovisual no llega a ser del todo consciente.

El sector audiovisual influye en este problema; aumentando la huella de CO2 por causa de la contaminación lumínica excesiva. Al igual que en rodajes y eventos, pues aunque estos sean esporádicos, provocan una inestabilidad auditiva para numerosas especies.

Ya sabes: si una pieza falla en la biodiversidad, todo se tambalea.


Aprende a controlar la contaminación en tus producciones y eventos


En Creast no nos quedamos de brazos cruzados. Queremos hacer de esta industria un sector más respetuoso con el medioambiente.

Ante tal cometido, apelamos al sentido común durante la preproducción y la ejecución del proyecto, proporcionando distintas medidas sencillas de cumplir, pero importantísimas en relación al planeta. A posteriori, tomamos las mediciones para ver los resultados con claridad y, en numerosos casos, compensamos la huella generada, por ejemplo, plantando árboles.

En este sentido, te dejamos una pequeña guía para que reduzcas la contaminación lumínica y acústica sin que ello afecte a tu rodaje o evento:

Generadores de bajo consumo y silenciosos. Los generadores son responsables de buena parte de las emisiones de CO2. Alquila aquellos que sean de bajo consumo y, además, silenciosos.

Ilumina solo las zonas necesarias. Además del gasto económico, mantener las luces encendidas en los rodajes o eventos nocturnos de zonas que no se utilizan genera una notable contaminación lumínica. ¡Apágalas!

Reduce el número de petardos o fuegos artificiales. A todos nos encanta celebrar un evento con grandes petardos o fuegos artificiales. En el cine también es común su uso. Pero el impacto en animales como los perros, es devastador. Evítalos siempre que sea posible.

Apaga los vehículos. El pragmatismo es un valor fundamental en este tipo de proyectos. De ahí que muchas personas dejen el vehículo en ralentí. ¡No lo hagas! Apágalo para reducir el ruido y, además, la contaminación del aire.



Controla los decibelios y los lúmenes. Tener todo bajo control es una de las claves del éxito. También en términos de contaminación. Por eso, utiliza sonómetros y luxómetros para saber cuánto te estás pasando del límite establecido. La app Decibel X y Luxómetro te serán de gran ayuda en ambos casos: descárgalas en las tiendas oficiales.

Aplicando todas estas medidas, lo más probable es que la contaminación acústica y lumínica caiga en picado.

Desde Creast nos ponemos a tu entera disposición para ayudarte a estudiar cómo hacerlo.

¡Hagamos entre todos unos rodajes y eventos más sostenibles!