Unas preguntas sobre sostenibilidad en producción cinematográfica a...


MARÍA SOLER





María Soler, Productora Asociada en Morena Films, inició su carrera profesional compaginando su trabajo en la empresa CMA Comunicación con la producción de cortometrajes. Algunos de sus proyectos son Enlatados (2015), Ánimo Tonton (2016) y Blablatime (2017), todos ellos ganadores de múltiples premios.

En 2017, María se incorporó a Morena Films como ayudante de la productora Merry Colomer, colaborando en películas como Yuli, dirigida por Iciar Bollain; Intemperie, dirigida por Benito Zambrano; o Ventajas de viajar en tren, dirigida por Aritz Moreno.

Morena Films se fundó en 1999 y desde entonces ha producido más de 70 obras entre largometrajes de ficción, documentales, animación y series de TV.

— ¿Cuándo te concienciaste sobre la sostenibilidad?


Tanto en mi trabajo como en mi vida personal, considero que la sostenibilidad es un requisito indispensable.

Al principio lo entendía como una recomendación o lo que se podría considerar una “buena práctica”. Algo que aporta un valor añadido a mis proyectos. Si se podía hacer y no generaba demasiados problemas (ya sea un sobrecoste o más trabajo de producción), intentaba aplicar todas las medidas de sostenibilidad posibles.

Pero en los últimos años he cambiado un poco mi forma de entenderlo y ahora, no ser sostenible ya no es una opción para mí.

Considero que los que nos dedicamos a la industria del entretenimiento somos unos privilegiados. Ofrecemos al público cultura y a la vez una vía de escape de su rutina.

Tenemos el poder de divertir, emocionar y hacer crecer la mente de las personas con nuestras historias. Eso es algo maravilloso, pero nunca será más importante que tener un planeta donde poder preocuparnos por nuestro enriquecimiento cultural. ¿Qué sentido tiene contar historias si haciéndolo estamos destruyendo nuestra forma de vida?

En el momento que entiendes que tres días de rodaje pueden emitir el mismo CO2 que una familia entera durante 3 años… te das cuenta de que nadie debería hacer películas sin preocuparse por el impacto que están generando en el medio ambiente.

Por eso para mí la sostenibilidad es una obligación. Porque si quiero seguir contando historias (lo que es mi pasión), debo hacerlo sin dañar nuestro hogar.

— ¿Qué medidas medioambientales les cuesta más aplicar a los equipos durante una producción?


Hay medidas de sostenibilidad que son complicadas para todo el sector. Por ejemplo, aún es complicado trabajar sin grupos electrógenos de carburante, o usar transportes ecológicos (especialmente los camiones de rodaje). Pero es complejo porque aún no hay muchos proveedores que lo ofrezcan a un precio asequible para una producción estándar. Y eso lo complica todo.

Pero no es culpa de los equipos en sí y estoy segura de que es algo que va a ir mejorando. Cuanto más lo demandemos las productoras, más proveedores podrán daros opciones sostenibles a todo lo que necesitemos.

Pero si hablamos exclusivamente de los equipos de rodaje, en mi opinión, la medida sostenible más difícil de aplicar es la concienciación.

Es muy difícil hacer que todo el equipo esté involucrado al mismo nivel en la sostenibilidad. Que todos le den la misma importancia y que entiendan que no es un trabajo extra o una obligación corporativa de las productoras o las cadenas, sino una necesidad global.

Con esto no quiero decir que los equipos no estén implicados porque la realidad es que sin ellos no habríamos hecho ni la mitad de lo que estamos consiguiendo. Pero es cierto que aún puede ocurrir que vayas a un rodaje y veas que alguien ha tirado una lata de refresco al contenedor azul en vez de al amarillo.

¿Cómo se puede solucionar esto? Con paciencia y hablando con los equipos una y otra vez. Con suerte, cuando todos los profesionales del sector lo tengamos interiorizado podremos dejar de hablar de ello.

— ¿Si tuvieras que escoger una de las buenas prácticas en sostenibilidad que implementas en las producciones, ¿cuál sería la más importante para ti?


Soy una foodieperson. Me encanta la comida y disfruto muchísimo comiendo, hablando de comida, viendo a gente cocinar… simplemente me encanta.

Y aun así, podría decir que donde más he comido y donde más he visto que sobraba comida desmesuradamente, era en un rodaje.

¿En qué trabajo se dedica tanto tiempo y tantos recursos a dar de comer a los empleados? Nuestra mesa de desayuno (si tienes un buen presupuesto puede ser con aguacate y todo), nuestro bocata a media mañana, una buena comida de menú con primero, segundo y postre…

Es algo que me encanta y a la vez me sorprende. Se lo cuentas a una persona de cualquier otra industria y le resulta difícil de creer.

Quizá por esto creo que la medida de sostenibilidad a la que le doy más importancia en la producción es la correcta gestión del catering: que sea comida de proximidad y de comercio local, que esté calculada para evitar las sobras, que haya opciones veganas, que no use cubertería de un solo uso… En realidad, se podría decir que son muchas medidas en una.

Y seamos honestos, cuanto más sostenible es el catering… más rica es la comida. Y eso a las foodiepersons como a mí nos encanta.