¿Qué es y cómo se mide la huella hídrica?



La huella hídrica (HH) es un concepto base a la hora de concienciar sobre el uso que le damos al recurso tan preciado que es el agua. Fue desarrollado en 2002 y se refiere a la cantidad total de agua dulce utilizada por un individuo, empresa o comunidad.


En este artículo, abordaremos los países con mayor huella hídrica, así como los bienes que más agua requieren para su fabricación. Conoceremos sus indicadores y cómo estos datos afectan negativamente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030.

Indicadores de la huella hídrica


La huella hídrica o huella de agua mide tanto el agua dulce consumida (por ejemplo, utilizada para la creación de un producto), como el agua contaminada (agua que se contamina durante un proceso y, por ende, queda inutilizada).

Es el resultado de 3 indicadores. Vamos a verlos más a fondo:

-Huella hídrica verde. Generalmente se refiere al agua de lluvia o nieve almacenada en el suelo y utilizada por las plantas. También aplica para el agua destinada en agricultura.

-Huella hídrica azul. Referida al agua -subterránea o superficial- destinada al uso humano, mediante el suministro de agua potable o distintas industrias.

-Huella hídrica gris. Es el agua, ya diluida, después de su contaminación mediante la generación de productos/alimentos/servicios, a fin de que pueda ser utilizada de nuevo o poder devolverla al medioambiente.


¿Cómo se mide la huella hídrica?


El solo hecho de medir es, también, sostenibilidad. Conocer de primera mano el impacto que estamos generando, es un gran avance. Solemos asociar la aplicación de medidas de mejora o incluso la compensación de la huella generada a la sostenibilidad y está claro que esto será siempre más positivo medioambientalmente hablando, pero analizar y conocer a fondo los datos es el primer paso.

La huella hídrica se mide con 4 factores:

-Clima. Aquellos lugares con una temperatura elevada suelen tener una HH más alta, debido al mayor riego de campos, entre otras.

-Volumen total del consumo. Cuanto mayor es el PIB (Producto Interior Bruto) de un país, mayor es su huella.

-Agricultura. A menor eficiencia agrícola en un país, mayor en su huella hídrica.

-Hábitos de consumo. La adquisición de aquellos productos que requieren una importante cantidad de agua eleva la HH de un país.

Aquí o en este enlace, puedes medir tu huella hídrica.

Importancia de la huella hídrica


Conocer la cantidad de agua real que nos cuesta fabricar un producto, está íntimamente relacionado con la sostenibilidad. A fin de cuentas, es un recurso natural y escaso y esta métrica, que se mide en volumen y se expresa en litros o metros cúbicos, nos dará toda la información necesaria a la hora de saber el impacto generado de primera mano.

Si has trabajado con nuestra consultora medioambiental, sabrás que este dato es primordial a la hora de introducirlo en nuestro software y poder así medir la huella generada. La cantidad de agua consumida para comer, beber o adquirir materiales que se fabriquen con altas dosis de agua, sí importa. Y ser conscientes del dato es el primer paso.

Establecer una relación directa entre los sistemas hídricos y el consumo humano, nos permite determinar factores tan relevantes como su escasez, pero también nos ayuda a mejorar la producción de dicho recurso.

Por esto, desde los gobiernos, empresas e instituciones, debemos hacernos responsables.


La huella hídrica en datos


España se sitúa en el 8º puesto en la clasificación mundial de países con mayor huella hídrica y el 2º puesto si hablamos de Europa. La huella hídrica anual en España por persona es de casi 2 millones y medio de litros. El doble que el promedio mundial.

Este ranking lo encabeza Mongolia, seguido por Níger, Bolivia, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos.

Para dichos datos, se tiene en cuenta la huella interna, que mide el agua empleada para la fabricación de bienes y servicios consumidos por los habitantes y la externa, que mide el agua de otros países para producir dichos bienes y/o servicios.

Entre los bienes más comunes, destacamos que un coche requiere entre 50.826 y 82.880L de agua, una camiseta unos 2.491L y una simple hoja de papel 10L.

Si hablamos de alimentos, para 1kg de ternera se requieren 15.4000L de agua, para 1kg de queso se requieren 2.500L de agua y para 1kg de maiz, necesitamos 900L de agua.

Es importante conocer estos datos a la hora de contratar un menú u otro al catering de tu rodaje. Todo litro cuenta.

Debemos tomar consciencia de la importancia de este indicador. Es cierto que debemos ser responsables desde el hogar, pero eso no es suficiente.

Conocer la huella hídrica de los distintos procesos de producción de alimentos y productos y promover aquellos cuya huella sea menor desde nuestra compañía, sociedad o empresa, generará el verdadero cambio.


Meta 6. ODS 2030


Aquellos que nos dedicamos al mundo de la sostenibilidad, tenemos un año muy concreto en mente: 2030. La fecha meta propuesta para cumplir los Objetivos de Desarrollo sostenible está cada vez más cerca y, tristemente, estos objetivos no están en marcha.

El objetivo 6, “Garantizar la disponibilidad de agua y su festión sostenible y el saneamiento para todos” se ve lejano.

Si tenemos en cuenta que 3 de cada 10 personas carecen de acceso a agua potable, que más del 80% de las aguas residuales se vierten en ríos o mar sin ningún tratamiento y que cada día mueren unos 1000 niños debido a enfermedades asociadas a la falta de higiene, entre otros tantos datos desoladores, está claro que el problema está servido.

Pese a que este objetivo, fijado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, tiene como metas para 2030 lograr un acceso universal y equitativo de agua potable, acceso a servicios de saneamiento e higiene adecuados para todos, mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación o implementar la gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles, entre otras tantas, los expertos predicen que para dicho año, la demanda mundial de agua dulce superará la oferta en un 40%.

Como hemos visto, la huella hídrica nos permite tener un valor de referencia sobre nuestro uso del agua, a fin de optar por un manejo correcto de dicho recurso. ¿Quieres ahorrar agua y lograr una producción audiovisual o evento más sostenible? Desde Creast podemos ayudarte.