Ya sabemos cuáles son los principios claves de este tipo de movilidad, así como los transportes más sostenibles, pero debemos entender por qué esto es tan importante.
Desplazarse de manera sostenible nos ayuda a reducir la contaminación ambiental, pues el calor emitido por los vehículos queda atrapado en la atmósfera y contribuye al calentamiento global.
Otra máxima que representa un riesgo medioambiental es la extracción del petróleo, del cual los vehículos consumen hasta el 45% extraído.
También, la contaminación acústica proveniente del tráfico excesivo que invade las ciudades es un gran daño.
Pero no sólo eso. La movilidad sostenible repercute directamente en nuestra salud, mejorando la calidad del aire y del sueño, lo que está íntimamente relacionado con el estrés.
Además, se prevé que el aumento de coches eléctricos genere hasta 200.000 nuevos puestos de empleo en el sector del automóvil en el 2030, por lo que elegir cómo nos movemos, impacta directamente en los 3 tipos de sostenibilidad: social, económica y ambiental.