El balance de género en la industria del cine



En Creast, consultora especializada en erradicar la huella de carbono de carbono de la industria audiovisual, siempre hablamos de sostenibilidad asociada al mundo del entretenimiento. Pero debemos ser conscientes de que la sostenibilidad no es solo ambiental, sino también social y económica.


Por eso, en el artículo de hoy, nos enfocaremos en la sostenibilidad social dentro de la industria del cine. ¿Cuál es la brecha de género?, ¿existe, por fin, una equidad?, ¿cómo podemos abordar esta cuestión? Vamos a verlo más a fondo.

Las mujeres en el mundo audiovisual


Tal y como hemos comentado hace unos meses, la mujer brinda un importante papel en la industria del cine.

Pudimos entrevistar a Cristina Andreu, presidenta de CIMA, la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales, que cuenta con una serie de informes que analizan la situación de la mujer en el mundo audiovisual. Y a Marta del Valle, vicepresidenta de MIA, que buscan romper el techo de cristal con el impulso de un grupo de mujeres profesionales del mundo de la animación.

Como no hace falta que se asome el Día Internacional de la Mujer para dar eco a esta problemática, aquí podéis leer dicha entrevista.

Brecha de género en la industria audiovisual


La brecha de género en la industria audiovisual se refiere a las desigualdades y disparidades que existen entre hombres y mujeres en distintas parcelas de la industria, tanto en tipos de papeles, cargos empresariales o salarios.

-Representación en la gran pantalla. A menudo, el rol de las mujeres en pantalla ha estado supeditado a clichés y estereotipos de género: menos listas, menos capaces y a menudo más débiles que sus compañeros masculinos. Mostrar mujeres fuertes, valientes y capacitadas es primordial para educar a las generaciones venideras en una verdadera igualdad.


-Liderazgo y toma de decisiones. Tradicionalmente se han asociado los puestos más altos de una producción cinematográfica, como la dirección o escritura de guiones, a los varones. Sin ir más lejos, en 2022, un 85,2% de los directores fueron hombres. Pese a que dicha inclusión no está completamente lograda, numerosas mujeres están haciéndose un hueco en la industria, dirigiendo y escribiendo grandes obras de arte. Prueba de ello son las galas y los festivales de cine, donde cada vez aparecen más nombres de compañeras encabezando importantes carteles.

-Brecha salarial. A menudo las mujeres perciben un salario menor por el mismo puesto de trabajo. Las directoras de cine cobran un 24% menos que sus colegas masculinos. Los prejuicios arraigados a la industria provocan, también, mayor dificultad a la hora de conseguir financiamiento.

¿Cómo abordar la desigualdad de la mujer en la industria audiovisual?


Estamos empezando a tomar consciencia. Quizás más en algunos aspectos y menos en otros, quizás algunos perfiles más y otros un poco menos, pero todos, a fin de cuentas, somos conscientes de que no siempre se consigue –o se persigue- una igualdad.

No negar esta realidad es comprometerse socialmente con esta industria y actuar en pro del futuro: no vas a perder tus derechos, pero sí ayudarás a que tus compañeras los tengan.

Otra manera de acortar dicha brecha es brindar las mismas oportunidades a todos los profesionales –directores y directoras, productores y productoras, etc.- Basarse en el trabajo duro de estos profesionales y dar oportunidades de manera equitativa es la base de esta construcción.


Desde Creast, somos conscientes de que el cine es puro arte y, por eso, jamás nos inmiscuimos en el proceso creativo. A fin de cuentas, cada producción audiovisual es un conjunto de retales de ideas, pasión y ejecución. Sin embargo, cohesionar historias para lograr que cada vez más mujeres tengan acceso a papeles relevantes, independientemente de su edad, es un elemento diferenciador.

Aunque distintas iniciativas, personalidades importantes y programas trabajan en pro de lograr una industria igualitaria, debemos aportar nuestro granito de arena. Entender que la sostenibilidad social va unida a la medioambiental y la económica es remar a favor de una industria creativa, necesaria y justa.